Por María Yacobe
Hoy
encontré un pájaro muerto en el patio de la casa. Un
pájaro al que nadie nunca va a llorar. Al que nadie nunca va a
extrañar.
Hice
lo que había que hacer: lo levanté con la palita, me ayudé con la
escoba, lo metí en una bolsa del Coto y lo arrojé a la basura. Era
liviano, muy liviano, tanto que después de no verlo más, después
de anudar la bolsa tuve que sacudirla para asegurarme su presencia.
Su cuerpo casi inexistente seguía ahí. No supe calcular su peso.
¿Cuándo
ocurrió su muerte? ¿Fue anoche en la humedad de la luna? ¿Al
desamparo como un niño solo?
¿Cuánto
pesa un pájaro?
¿Cuál
es el peso de la muerte?