Está
sentada. Las piernas en ve. Su vida puede cambiar para siempre.
Transpira. Otra vida. Siente frío en la espalda que apoya desnuda en
la cerámica. No sabe lo que quiere. Le cuesta abrir la caja,
dibujitos, colores, como si fuera un regalo.
Recuerdo
una escena terrible ocurrida ya hace mucho tiempo: una parrilla, un
gato sobre la chimenea, y un muchacho con un cuchillo en la mano para
matarlo. ¿Por qué?, le pregunté. Porque sí, porque los odio.
Cuando el gato adivinó lo que le esperaba pegó un salto y fue a la
casa vecina.
Vagabundo.
Sin techo. Indigente. Mendigo. Vago. Menesteroso. Persona en
situación de calle. Claudio jamás pensó que algún día ya no
tendría más un nombre. Pero que podía ser nombrado de maneras tan
diferentes. Y que todos conviven en él.