Encontrar una madre, desafío de enterarse que no hay una sola, que el
singular no alcanza, y que ella será muchas, tantas veces como la vida
misma lo imponga.
Finalmente
el velo de Aletheia se descorrió. Ocurrió en la tarde-noche del
miércoles 6 de diciembre. Un día que tuvo la magia y el clima que
sólo se puede formar cuando la maravillosa combinación de creación
y arte se hace presente, se corporiza, se deja ver.
Leer
Aletheia, el libro que acaba de editar el Taller de escritura y
lectura “Mostrando la hilacha”, es develar, quitar el velo para
dar paso a aquello que está latente y que puja por hacerse visible,
tangible, cierto, verdadero. Es oir el rito que comienza en susurro y
estalla.