Por
Carolina De Leo
Perder a la madre te desnuda del mismo modo que te trajo al mundo y entonces, cada vez que vuelva a hacer frío tendrás que elegir qué hacer con los ropajes que te dejó.
Encontrarte madre te lleva al milagro para que vuelva el milagro. Encontrarte madre te desnuda otra vez, te adoptás para ahijar, te volvés a ver a cada rato sin retorno, ahí...
Y entre pérdida y encuentro se teje la historia madre que llevas adentro, como adentro latiste y como desde adentro alguien latió en vos.
Y entre pérdida y encuentro pulsa la verdad, insiste en múltiplos, habita esa extraña añoraranza de volver a ser uno, desnudo.