Por
Nora Vacas
El
día que los puños
se
levanten en flor,
los
panes acudan
a
todas las bocas,
de
guadaña
pues
los diferendos
se
dirimen en versos,
las
celebraciones
no
requieran hitos
ni
epopeyas
porque
el fuego
se
ha sumergido en el agua,
estaremos
contentos
y
un amor naciente
habitará
el cuerpo.