Por
Raúl Barros
Caminando
por la vida pude ver a lo lejos y muy cerca, multitud de sombras y
luces que nos envuelven a todos, a vos también.
¿Escuchaste
la risa cantarina de la muchacha en flor que festeja la vida? ¿Viste
el abrazo inconmensurable de una madre a su hijito en peligro?¿O tal
vez la generosa entrega de un órgano vital al moribundo? Y quizás
hayas escuchado el consejo misterioso de un padre a su hijo
“descarrilado”. Y seguro habrás conocido la puñalada artera
dada en las sombras. O la sonrisa falsa y cínica del traidor. O el
engaño más vil a la ancianita pobre y enferma.
Si
has visto todo esto, has pateado el asfalto como el que más. Y a
pesar de todo y viendo el mejunje de este mundo ojalá se dibuje en
tu rostro la sonrisa noble que te haga portador de tu valía de
hombre o mujer de nuestro tiempo.