Por
Rosario Rivarola
Mi
hermano sano
salvo
santo serio tenso
con
su mirada nublada
y
sus ojos etéreos
con
su sonrisa mayúscula y su mueca minúscula.
ojos
claro cielo,
ojos
nihilistas,
ojos
lucha convicción,
ojos
inclaudicables,
ojos
madreselvas,
ojos
que me devoran y arrasan,
ojos
tiernos justicieros,
ojos
que no pueden dejar de mirar,
ojos
sufrientes,
ojos
fuego liberación,
ojos
eternidad.
Hoy
recordé cuando me leías Un largo lagarto verde
y
lloré por vos, por mí y también por él
Por
nuestra juventud vivida y morida
Por
los sueños, mi madre y la tuya,
que
ya no la tenés porque no te tenés.
Hace
mucho que no te tenés,
más
de cuarenta años, una vida, una muerte larga…
y
lloré, dulce, triste, seguramente por todos mis muertos.